Me escribe una pareja de muchachos enfurecidos por los titulares que acaban de leer en un periódico. Y en primer título que dice Y un segundo que añade Y mis amigos sienten que esas manifestaciones les revuelven las tripas y el corazón porque, desde luego, ellos no se sienten retratado por tal caricatura generaliza dora. Tienen entendido -me dicen en una carta- .
Reconocen que ciertamente muchos compañeros suyos de promoción humana han sido tragados por. Pero, sean lo que sean, los así atrapados, siguen creyendo que no son pocos los decididos por que están conviniéndoos de que no estén en su lugar
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